A mi abuela, Julieta Renau Ballester.
Nos cruzamos en el paralelo
y nos abrazamos en el horizonte.
Dormiste muy cerca de mi, ¿recuerdas?
Era tarde.
Descansamos apoyados en el mismo hombre
-incluso ahora-.
Y pese a todo, sonreíste.
Y pesa todo: sonreímos.
Aquí sigues ¿recuerdas?
Hoy es tarde para olvidar tu huella en mis pies.